Rovers
La última etapa de la educación scout es el Clan Rover o Comunidad de Compañeros, formado por jóvenes a partir de 17 años. Ser rover o compañero, es vivir intensamente cada paso, tomar las riendas y hacer un proyecto de su propia vida, empeñarse en cambiar el mundo y, sobre todo, creer que es posible.
Se comprometen colectiva e individualmente en acciones de cambio y se esfuerzan por crecer al tiempo como persona. Elaboran sus propios proyectos personales, se marcan metas y se ayudan mutuamente a madurar y crecer como adultos comprometidos.
Colectivamente, se esfuerzan por hacer suya la máxima scout de “tratar de dejar el mundo en mejores condiciones de cómo lo encontramos”. Son jóvenes comprometidos socialmente, dinamizan, conciencian y ayudan a los demás con la esperanza de cambiar el mundo.
Los encontraréis trabajando en el barrio, o dinamizando a sus compañeros de clase o de trabajo aunque nadie sepa que son “scouts”. Su lema es “servir”.
OBJETIVOS EDUCATIVOS GENERALES SECCIÓN CLANES DE ROVER
Como resultado de los aprendizajes experimentados por los Rovers, al finalizar sus vivencias en el Clan y de cara a integrarse plena y adecuadamente en el correspondiente entorno social, éstos serán capaces de:
1. Enriquecer los conocimientos, destrezas y actitudes adquiridos en la Comunidad Rover (equilibrio afectivo, aceptación de una escala de valores, apertura ante la amistad, afianzamiento vocacional, altruismo...) para actuar libremente y con creatividad en todos los aspectos de la vida según las características personales y el Compromiso Scout adquirido, asumiendo las riendas del propio destino con una actitud permanente de servicio.
2. Aceptarse a sí mismo –evitando estereotipos sociales-, habiendo adquirido un buen nivel de autoestima, y procuración por el propio desarrollo tomando conciencia de las propias posibilidades y limitaciones para desenvolverse en la vida, en las relaciones afectivas, en la prestación personal y en la opción vocacional.
3. Cuidar el propio cuerpo, advirtiendo los beneficios que aportan los contactos con la naturaleza y los hábitos de ejercicio físico, higiene y buena alimentación, así como los perjuicios de las conductas nocivas, utilizando las destrezas motrices conseguidas y compartiendo estos hechos con los demás.
4. Vivir en armonía con la naturaleza a partir de experiencias para desenvolverse en ella, respetando y apreciando la belleza de sus elementos, velando por su conservación y fomentar la hermandad mundial.
5. Enriquecerse con las relaciones familiares y las de los demás, manifestando una actitud de apertura, respeto y ayuda, superando los prejuicios y las discriminaciones culturales, sociales o personales, potenciando el acceso a los elementos culturales propios y externos de cara a fomentar la hermandad mundial.
6. Reconocer los diferentes grupos y hechos religiosos presentes en la historia y en la cultura, así como la influencia de los mensajes espirituales existentes, siendo consciente del grado de identificación con ellos, valorando y dialogando con los distintos enfoques ético-morales, sistemas de creencias y confesiones distintos a los propios.
7. Aceptar y aplicar en la vida cotidiana las opciones que mejor favorezcan el propio desarrollo integral como persona –objetiva y reflexivamente--, incluyendo tanto las exigencias morales derivadas de los principios y actitudes ético-cívicos que rigen la vida y la convivencia en la sociedad pluralista (respeto a personas y cosas, solidaridad, justicia, paz, libertad...), como los valores recogidos en el Espíritu Scout (Promesa, Ley, Lema, B.A....).
8. Analizar los interrogantes profundos del ser humano y buscar respuestas coherentes permaneciendo abierto-a a la posible creencia en Dios (adquiriendo destrezas y habilidades –sensitivas, gestuales, psicomotrices...- para acceder a la propia interioridad; valiéndose de las vivencias cotidianas y del marco natural; descubriendo la importancia del propio ser con todas sus posibilidades –de expresión y relación--; valorando la dignidad humana...).
9. Descubrir y/o profundizar en una opción personal de fe, creciendo en el compromiso ético, comunitario-eclesial y celebrativo que conlleva, y desarrollando destrezas y habilidades para continuar accediendo a la propia interioridad o expresar experiencias religiosas con los recursos de los diversos lenguajes (verbal, plástico, musical, corporal, simbólico...).
10. Interesarse por el mundo que nos rodea y comprometerse a su mejora, estudiando la incidencia de los avances científicos y tecnológicos sobre él, analizando sus consecuencias tanto desde el punto de vista de la mejora de la calidad de vida como ante el posible deterioro del medio ambiente, y valorando críticamente las distintas problemáticas existentes, a partir del conocimiento y análisis de los Derechos Humanos, de la Constitución Española y del Estatuto de la propia Comunidad Autónoma.
11. Saber observar, criticar y utilizar los contenidos provenientes de las diversas fuentes de información, rechazando activamente los estereotipos sociales y las modas impuestas por la sociedad de consumo, para continuar autoformándose con la pretensión de ser una persona cada día más completa, poniendo todos los conocimientos, destrezas y valores personales al servicio de los demás.
12. Comprender la oferta educativa que el Movimiento Scout brinda a la sociedad para elaborar y dar a conocer una valoración-síntesis personal de lo que el Escultismo ha contribuido al pleno desarrollo integral de la propia personalidad en cuanto a factores físicos, intelectuales, afectivos, interpersonales, y de inserción y actuación en el medio sociocultural.